The Trial Of The Century

The hours that go in front of me
Remind it how it used be
And you down in the grass with me
The hours of choking century


Mi padre se enamoro de mi madre desde el primer momento en que la vio. Ella iba en secundaria, el ya pasaba de los 20. El describía su uniforme y su primer encuentro, ella ni siquiera le vio. Pocos años más tarde, rumbo a ver a su novia, descubrió que esa chica se había mudado justo a la siguiente cuadra de donde él vivía, y curiosamente era vecina de sus primas, asique le pedio a una de ella que la presentara. Él relataba perfectamente ese momento, recordaba incluso lo que ella vestía: unos pantalones grises de paño, una blusa blanca y un chaleco.
Inmediatamente después corto con su novia.

El comenzó a rondarla, siempre fue insistente. Después de un tiempo la convenció.
Se veían a escondidas porque mis abuelos reprobaban esa relación. Mi padre era una persona humilde, proveniente de una familia desintegrada y que tuvo que trabajar desde muy pequeño. Mi madre vivía con comodidad y algunos lujos, y mi abuela siempre con el perturbante “que dirán”… ya se imaginaran. Tanto fue el deseo de separarlos que la mando a Europa para que conociera el mundo y se olvidara de él.

Antes de casarse decidieron terminar porque mi papa quería esperar y mi madre no, así que se separaron ý mi mama comenzó a salir con alguien más. Mi padre furioso aprovechaba cada momento para acercarse a ella, para insistir. Siempre estuvo ahí, esperando. Después de un año no le quedo otra opción que aceptar el matrimonio.

No tenía idea de cuánto que su historia fuera tan romántica. Esos amores de toda la vida parecía que solo existían en las películas.
Siempre me pregunte de donde había sacado ese romanticismo y pasión hacia alguien más.
Ahora veo que me parezco más a mi padre de lo que siempre pensé.

La verdad no me hubiera molestado tener un solo amor para toda mi vida.


Yeah, you come to mind...

2 comentarios:

asco dijo...

Impresionante historia... Genial!

A veces no es tan bueno ser tan apasionado.

Angy Fonseca dijo...

Pues a veces en la vida no queda otro camino que ese.

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